11 ago 2008

KMP



El 23 de julio nos juntamos 26 jóvenes a las puertas de la Iglesia Jesús es Rey con el propósito de compartir tres dias apartados para conocernos y tener un encuentro profundo con Dios.
Nos trasladamos en un camión en donde llevamos desde alimentos, ollas, teclado, batería, guitarra, computadora, bolsos, colchones y frazadas. EL lugar en cuestión fue el Club Colegio de Odontólogos, un precioso y pulcro complejo con canchas de futbol y basket.
Hubo mucho esfuerzo y dedicación para llegar a abonar la totalidad de los gastos que implicaban llevar a cabo el campamento pero para Dios nada es caro, nada es imposible y fue asi que con ofrendas de amor y hasta venta de pastelitos se llego a pagar lo necesario para poder ser parte del mismo.
En cada charla se enfatizaba el tener una verdadera Identidad Cristiana sin importar el alrededor, era ser verdaderos embajadores de Cristo; era increíble ver como el Señor hablaba, tocaba y quebraba cada corazón.
Aún impacta mi ser el recordar esos momentos en donde era Dios mismo mostrándose con poder en cada vida, cambiando, quebrantando y restaurando.
Nadie puede decir que eran palabras de hombre las que se compartían sino que era el Señor hablando muy directamente a cada vida, a cada ser.
Se hizo un lindo grupo con diversidad de edades, personalidades, intereses, experiencias de vida pero con algo en común: El amor a Dios. Que felicidad poder comentar que no hubo conflictos, peleas, divisiones; toda la Gloria es para el Señor por habernos preparado para esta experiencia que personalmente será inolvidable.
Quiero recalcar la dedicación y amor a aquellos que cocinaron para nosotros, ellos también fueron parte de ese encuentro con Dios, espectadores del cambio que produjo el Espíritu Santo en cada uno.
Todos los jóvenes que fuimos parte de esta increíble experiencia estamos de acuerdo en que esperamos con ansias el verano porque nuestros pastores organizaran un campamento muy especial, sé que hay más ganas que recursos para poder llevarlo a cabo, pero Gloria a Dios porque éste es el momento adecuado para poner a prueba su fidelidad.