BAUTISMO
Después de su muerte y resurrección, momentos antes de partir de este mundo, el Señor Jesucristo dio a sus discípulos instrucciones sobre el bautismo. “Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo.” (Mateo 28:18-20). Las instrucciones del Señor son mandamientos y no sugerencias, y llevan consigo la autoridad de Él mismo.
El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere será condenado.” Nótese que el que no cree es condenado. Al creer somos salvos (Hechos 16:30, 31). El nuevo creyente buscará ser bautizado tan pronto como sea posible después de creer.
Así, una vez más cumplimos con el mandato del Señor, y el domingo 8 de marzo los hermanos Alejandro, Juan, Graciela, Valeria, Saul, Nahuel y Pamela pasaron por las aguas del bautismo.
Cumplen de esta manera una etapa más en sus vidas, queda sepultada una vida sin el Señor para comenzar una nueva vida, caminando con Jesucristo a su lado.
Felicitaciones para todos ellos y oramos para que nuestro Señor Jesús siga fortaleciendo sus vidas, prosperando sus caminos y preparándolos para la obra que Él tiene asignado a cada uno de ellos.